…“La  vejez, esa etapa de la vida en la que las cosas y el entorno adquieren un agradable surrealismo, y en las que los recuerdos superan en veracidad a los acontecimientos reales. Un sentimiento transformador que, tal vez llega con los años y que está relacionado con la transitoriedad de la vida, con la finitud del ser humano, con la mortalidad”... Hesse.

Elegí dibujar sus rostros con hilos de colores y  estos rostros no tienen la perfección del bordado, porque éste no tiene valor en sí mismo, sino el proceso  que  creó esta confrontación conmigo misma, con mis temores y fantasmas que se disolvieron mágicamente entre los innumerables surcos (las líneas de expresión) de los rostros de los abuelitos, porque  cuentan historias y  son los registros de memoria  de singulares experiencias que evocan los recuerdos que nos mantienen vivos.